sábado, 2 de diciembre de 2023

El docente

¿Qué mas quieres que alumbrar?
¿Qué más quieres que dar vida?
¿Qué más quieres que crear algo 
que en ti está como semilla?

Brotes de Olivo


Anoche soñé que estaba hablando a una clase sobre el aprendizaje y sobre los tipos de profesores que tenemos (en España y supongo que fuera también). Recuerdo que en un momento me encendí y solté un taco delante de los alumnos y mi director que estaba detrás de mí me decía "Francisco!?" con tono de "ten cuidado, no todo vale". Pero de pronto los alumnos se empezaron a interesar por la conversación, colocándose mejor en sus asistentes, más erguidos y apoyados en sus respaldos.

Escribí en la pizarra de mis sueños la palabra "Esdrújula" y les empecé a contar que hay distintos tipos de profesores.

Están los que no te dicen dónde va el acento ni las reglas de acentuación porque os dicen que ya sois capaces de averiguarlo.
Los que escriben la palabra y tú debes copiar exactamente lo que han escrito. Los hay incluso que te cogen la mano y te guían el trazo.
Hay los que da igual cómo escribas la palabra que ellos "nunca" la verán perfecta, te pueden llegar a decir que la tilde no se ve, que has tardado mucho, que esa letra tienes que mejorarla...
Los hay que piensan que los alumnos se lo tienen que pasar bien y que es lo único que importa, y cantan, bailan, se disfrazan para que te fijes en la palabra que tienes que aprender.
Los hay que les da igual lo que escribas, literalmente, no es su asunto.
Los hay también de los que todo les vale. Da igual lo que hayas hecho que es buenísimo tal como lo hayas hecho.
Los hay que te dicen bien y mal según cómo esté tu palabra, y de estos a los que puntúan todo lo que haces hay un paso, todo son notas. 
Los hay que se desquician con cada error como si fuera falta suya y los hay que hacen saber al alumnado que es falta de ellos, falta de responsabilidad, de atención, de esfuerzo, o incluso de la familia en que ha nacido.
Los hay con muchos años de experiencia y los hay con pocos años, pero ambos centrados en enseñar todo lo que saben, te explican el acento, la tilde, el tipo de palabra, la caligrafía, la direccionalidad...
Todos ellos son profesores, y cada uno de ellos hace bien a algunos tipos de alumnos, porque somos diferentes, y las puertas de acceso al aprendizaje son diversas. 

Pero en la escuela necesitamos Maestros y Maestras.  Docentes con maestría. "Y tú ¿quién dirías que son?" Son aquellos y aquellas que abren la puerta para que todos los alumnos puedan aprender más. "Y eso ¿Cómo se hace?"... Preguntando. 

Al alumno que no colocó bien su tilde en la palabra Esdrújula o tuvo errores ortográficos: ¿Lo has comprobado?¿Qué tipo de palabra es?¿Dónde lleva la tilde una palabra esdrújula?¿Dónde podrías buscar la respuesta correcta?¿Lo has comparado con algún compañero?..

Y al que trae la respuesta correcta: ¿Cómo sabes que está bien escrito?¿Por qué has puesto la tilde en ese lugar?¿Qué pasa palabras conoces que le ocurre lo mismo?¿Cómo explicarías lo que has hecho?¿Qué has aprendido hoy?

Ambos tipos de alumnos salen de este encuentro con sus maestros motivados, sabiendo qué deben hacer, cómo y las herramientas necesarias y con un modelo de ser humano, su maestro, su maestra. No vale solo hacer preguntas, el cómo se hacen es igual de importante. El amor es fundamental en el acto de educar. Las preguntas surgen del cariño y de las expectativas de éxito que los maestros tienen depositadas en sus alumnos. 

Porque eso hacen los docentes con Maestría, invitan a volar, a crecer, a ser hoy un poco mejor que ayer, a saber algo más y a saber utilizarlo, a ser competente, a creer en sus posibilidades, a ser mejor persona cada día y a ser mejor grupo de alumnos cada día, más integrado, más unido, comprendiendo y aceptando las diferencias como una oportunidad para construirse y construirnos... 

Y la Maestría Suma sería cuando están en constante formación y aprendizaje, y además hacen mejores a sus compañeros trabajando en equipo, humildemente, como con los alumnos, compartiendo estilos, ideas, aciertos y errores, dificultades, pero sobre todo logros y además celebran cada día su vocación y el aprendizaje de sus alumnos. Estos son esenciales.




lunes, 20 de noviembre de 2023

Saint Jean D'Illac

 Hoy puede ser un gran día...

J. M. Serrat

Es la melodía que me ha venido a la cabeza, hoy puede ser un gran día, quizá las haya mejores para ser escuchadas mientras escribo estas letras sobre mi estancia en el Collège de l'Estey, en Saint Jean D´Illac, pero es la que me resuena después de la experiencia. 

Es mi primer Job Shadowing con el proyecto Eramus+ del cole y ha llegado en una época poco oportuna, en el colegio estamos liados con programaciones, plan de centro, celebraciones del aprendizaje... y a nivel personal, la sobre carga de actividades de familia y de apostolado en la parroquia... 

Para más colmo, no empezó de la mejor manera posible, retraso de vuelos, malas decisiones con el alojamiento, accidente de tráfico incluido... que nos complicó el esquema de viaje y las posibilidades para recabar la información que queríamos llevar de vuelta a Málaga, para el colegio y para las familias.

Pero ahí está, como si de una película de Astérix se tratara, en una pequeña aldea de la Galia... existe un colegio que ha acogido a nuestros alumnos con gran cariño y amabilidad. Un colegio prácticamente en mitad de la nada, rodeado de árboles y tierras, a donde llegan los alumnos cada mañana montados en sus bicis y equipados para hacer frente a las intermitentes lluvias. Un centro donde los cambios de clase se producen al ritmo de las primeras notas del "Under Pressure" de Queen. Un lugar donde los tres recreos (dos cortos y uno más largo) permiten la relación entre los alumnos y el compartir de los profes.

Nada más llegar nos llama profundamente la atención el silencio y ambiente de trabajo que se respira en el centro, así como la cercanía y cordialidad del equipo directivo y del equipo docente. En más detalle, uno se da cuenta, además, de que entre ellos hay una gran unión, no solo van a una, hasta parece que estén sincronizados. En todas las clases que visité encontré, objetivos claros de aprendizaje y referencias a las competencias que estaban trabajando, agilidad y dinamismo, muchas preguntas para profundizar y para que los alumnos puedan mostrar sus aprendizajes o el descubrimiento de sus errores como esenciales para seguir aprendiendo. 

Exigencia en el comportamiento esperado y exigencia en las producciones de los alumnos, lo mismo el profesor de lengua como el de matemáticas hacían referencias al uso de las mayúsculas o las tildes en los ejercicios, fundamentales en la lengua francesa. Exigencia entendida como acompañamiento, como cuestionamiento, nunca como imposición y mucho menos infravaloración de la tarea realizada por los alumnos. Exigencia como empuje hacia el éxito. 

En las clases también encontré mucho de pensamiento reflexivo y mucho de evaluación formativa. Lo importante no es el resultado sino la comprensión del proceso para llegar a él y que los alumnos sean capaces de explicar y argumentar cada paso del mismo.

Al llegar preguntamos por los alumnos con necesidades educativas, que cómo trabajaban con ellos... ¿? y parecían no entender. Y tras su respuesta, los que parecía que no entendíamos éramos nosotros. "No hay", o "hay pocos", o "¿A qué os referís exactamente?" o simplemente...  es como si no hubiera un censo que los contabilice. Es más como si el equipo médico determinase las necesidades que pudiera tener un alumno y desde el centro los profesores ajustasen la propuesta educativa para que todos puedan avanzar. Así de simple. Cada profesor es responsable de esa adecuación. Sin más. Después en la clase vi que era así, por ejemplo, con nuestros alumnos, que me decían que los profesores hacían esfuerzos por entenderlos y por facilitarles que pudieran comprender y hacer las tareas. En una de las clases, una profesora había traducido al español los enunciados de la evaluación que había preparado, en otra se acercaban a comprobar que nuestros alumnos hubieran entendido la explicación, en otra se facilitaba el material en diferentes formatos... 

Tengo que reconocer que eché en falta algo de aprendizaje cooperativo entre los alumnos, no digo que no estuviera, los alumnos se acompañaban unos a otros, pero si llega a ser más explícito... ya sería perfecto.

Haciendo mías las palabras de Silvio Rodríguez de "El breve espacio", la escuela que he visitado "no es perfecta más se acerca a lo que yo simplemente soñé".


jueves, 22 de junio de 2023

Breve Editorial...

Hace unos días los alumnos de 6º me pidieron que escribiera una pequeña editorial para la revista que estaban montado. Comparto con vosotros el resultado. Espero que os guste. Para mí ha sido un regalo pararme a pensar en ellos y poder poner por escrito algunas de las ideas que me vienen al verlos.


Editorial Revista Obispo San Patricio

“Dame tu presente, tu futuro incierto

Que el mundo nos recuerde por soñar despiertos

Que navegues siempre hacia mar abierto

Y si alguna vez te pierdes solo mira dentro”

Maldita Nerea


Se acaba un curso y para muchos de vosotros una etapa, primaria. Ahora vienen nuevos retos y nuevas experiencias que ayudarán a seguir construyéndose como personas íntegras.


No tengáis miedo, estáis más que preparados para avanzar con excelencia, siempre y cuando no os dejéis llevar por el aplauso fácil, la risa del amigo tóxico y los líos mentales que a veces no sacan lo mejor de nosotros. Vosotros en cambio rodeaos de personas que brillen y os hagan brillar. Tenéis luz propia, la que os viene de Dios. Atreveos a brillar, desde la humildad y, especialmente, haced brillar a cuantos comparten la vida con vosotros. Buscad compañeros que os hagan mejores personas.


Aprended, descubrid, investigad, no os conforméis… apuntad siempre a lo más alto. Habéis nacido para volar, no para reptar y sobrevivir. Y sobre todo… amad. Amad comprendiendo, amad respetando, amad escuchando, amad hablando… amad en todo lo que hagáis. El amor es lo que marca la diferencia. Es el sello de los bien nacidos y bien hallados.


Y también soñad y soñad y soñad… pero no os quedéis ahí, como escuchaba hace poco, los sueños hay que trabajarlos. Que el Espíritu Santo venga sobre vosotros y os pille trabajando en esos sueños. Lo mejor a veces se hace de rogar, pero no vale rendirse. La cima se alcanza subiendo… pero hay otras cimas que se alcanzan compartiendo el camino con los que no pueden andar.


Recordad que sois más que una nota. Una calificación nunca podrá recoger todo lo que sois, lo que habéis aprendido o lo que habéis podido crecer… y sobre todo, nunca podrá expresar todo lo que podéis llegar a ser. 


El mundo necesita personas que lo reconstruyan, que lo reescriban, que lo remodelen, que lo recreen, que lo repoblen, que lo “repacifiquen”, que lo rememoren y lo hagan memorable y justo. Hay infinidad de mejoras que están por llegar a nuestro planeta, a nuestras vidas, y muchas de ellas empiezan a estar en vuestras manos. 


Da igual el curso en el que estés, el momento de tu vida o las circunstancias, estamos llamados a coger el testigo cuando nos llega. Podemos aceptar el reto o podemos dejarlo pasar de largo. Si eres de estos últimos que prefieren no implicarse, estás en tu derecho, incluso te podrás hasta beneficiar de lo que otros hagan, pero probablemente llegará un día en que mires atrás y pienses que tu vida no ha tenido sentido. Si eres de los que están dispuestos a luchar, a comprometerse, a aceptar el reto de dejar este mundo mejor que lo encontraste, probablemente vengan muchos sinsabores y dificultades, incluso habrá quien os anime a abandonar… pero estoy convencido de que al final de vuestras vidas, podréis mirar atrás con la satisfacción de haberlo dado todo y con la certeza de que Dios os habrá correspondido al ciento por uno… Y si alguna vez te pierdes… mira adentro.


Vuestro profe y jefe de estudios que os quiere.

Franfranete

sábado, 20 de mayo de 2023

Ángeles Extraordinarios

 No somos ángeles
no nos caímos del cielo
La gente que busca el amor verdadero
Laura Paussini

Hoy traigo un dos por uno. Llevo casi un año sin escribir nada y sin embargo ha sido un año repleto de vivencias transformadoras. Ha sido un año de travesía por el desierto de la interioridad mientras me daba la sensación de que deambulaba por el mundo real. Este año no he sido todo lo buen líder que me hubiera gustado ser y sin embargo la vida me ha regalado ángeles que han compartido conmigo sus victorias como si fueran nuestras cuando Dios sabe que han sido ellos los que se han entregado en cuerpo y alma para alcanzarlas.

Decía que traigo un dos por uno, porque es un agradecimiento a mis ángeles que me rodean por arriba y por abajo. 

Mis Ángeles, con mayúscula, porque tienen nombre y son de carne y hueso, no se han caído del cielo... Pero tienen alas. Cuidan, protegen, enseñan, acompañan, emocionan... y comparten humildemente cientos de detalles cada día. Los hay que me llegan a la cintura y los que me sacan una cabeza. Los hay que ni siquiera saben que son Ángeles para mí, con sus caritas sonrientes llegando a clase. Muchos de ellos hacen equipo, han descubierto que así llegan más lejos, juntos o juntas. Pero también los hay que son más independientes y prefieren ir un poco más rápido, más por libre, estos corren el riesgo de olvidar que no están solos. Porque no están solos, cada uno mis Ángeles está atento a los demás, a los mayores y especialmente a los pequeños, siempre a los más pequeños. Y es que son capaces de dejarlo todo por cada uno de ellos. Por los de dentro y los de fuera, los de cole y los de casa, y hasta los de la calle. 

Sonríen, abrazan y dan los buenos días de verdad, te buscan con la mirada y si te encuentran saben que todo va bien. 

No importa la carga que llevan, vuelan y nos hacen volar, pero sobre todo hacen volar quienes tienen cerca, a sus familias, a sus alumnos y a sus compañeros, porque creen en ellos, ven a veces más allá de la realidad y muestran ese otro mundo posible a cada paso, a cada decisión que toman, a cada clase que dan.

Muestran con orgullo los logros de sus alumnos porque saben que es reforzando lo positivo que se crece más y mejor, y dejan el castigar y regañar para otro momento porque son Ángeles, Ángeles que transforman dando ejemplo y haciendo reflexionar.

La ley que llevan grabada a fuego en el corazón es "que no se pierda ninguno" y se lo repiten cada jornada. ¡Padre, que no se pierda ninguno! Pero no son infalibles. Ojalá. Pero no. Y son los primeros que sufren cuando no llegan a tiempo o simplemente no dieron con la tecla. Son tantos a los que atienden que hay veces que parecen legión, pero no son más que Ángeles viviendo su sueño en la tierra que a ratos choca con una realidad contra la que no se cansan de luchar porque tienen esperanza... y confianza en que el que los escogió no los dejará solos.

Y estaba preparando un curso para jefes de estudio sobre el liderazgo, cuando me reencontré con una canción de Maldita Nerea, Extraordinario. Y pensé "esta canción pone todo lo que tiene que ser un jefe de estudios" (Ve muy claro a donde va...), y me fijé mejor y me dije "está hablando de mi director" (Capitán general de los sueños que no se detienen, hace lo que dice, es un ser diferente y especial...) y doy las gracias a Dios por ponerlo ahí. Y entonces me doy cuenta de que para nosotros hay Alguien aún más Extraordinario. El que pensó en nosotros con nuestras incapacidades, el que nos eligió y nos acompaña desde mucho antes de nacer, el que está por encima de nosotros, para el que no hay error posible si Él está cerca, al que tenemos la suerte de haber podido encontrar un día en nuestra vida porque así lo quiso. Ese que ahora somos capaces de ver especialmente en los más capaces del mundo, en los que con su amor lo hacen todo nuevo y algunos hemos tenido la suerte de haberlos acogido en casa. Son esos otros Ángeles que transforman nuestra vida.

Todo esto no es más que para dar gracias. Va por ellos, por aquellos con los que comparto ilusiones, esperanzas, penas, dificultades, vocación, reflexiones, aprendizajes, caídas y nuevos comienzos...  y a los que muchas veces se me olvida decirles lo maravillosos que son, lo maravillosas que son.

Envía a tus Ángeles, cuando nos falten las fuerzas, cuando creamos que no podemos más, cuando pensemos que ya no hay nada que hacer... Padre, envía a tus Ángeles.

Un Charlie más.

martes, 28 de junio de 2022

Recreando juntos

 No dejes de soñar
Manuel Carrasco


Algo más que un adiós... un homenaje y reconocimiento agradecido.

Creo que voy a ser breve, lo intuyo, o no. Lo que sea será. Escribiré seguido hasta donde me dé, para contar cómo este año tuve la suerte de soñar que poníamos los cimientos para seguir creciendo. Y ese sueño era compartido, primero con mi subdirectora, Cristina, y después con todos los que se dejaron contagiar de ilusión, nuestro Comando C y cada una de las comisiones que lideraron, para finalmente tratar de hacerlo llegar a cada rincón de nuestro cole... Y todo ello gracias a Luis, nuestro dire, que nos lidera humildemente, desde el trabajo silencioso, el respaldo cómplice y el empuje cariñoso a cada una de nuestras locuras.


Llegamos a Barcelona despistados, con incredulidad y mucha alegría, "hemos sido uno de los 50 colegios elegidos de España", el único de Málaga, para desarrollar un proyecto de liderazgo para el 
aprendizaje con la fundación Educaixa (Aquí está la noticia, salimos en la prensa). Esto fue en julio de 2021. Tres días de intensa formación y transformación del proyecto que teníamos en mente. Bombardeo de ideas, no dábamos abasto para asimilar tanta información, tantos frentes abiertos, tantas posibilidades. Yo a cada sesión de trabajo ya quería volverme para Málaga, "ya lo tengo", quería parar, necesitaba no pensar más, ya tenía bastante para diseñar nuestro proyecto y ponerlo en marcha. Pero no, a cada nueva sesión más y mejores ideas, y más entendíamos qué perdidos andábamos y cuánto bien nos hacía escuchar y reflexionar sobre el liderazgo. 

Y recuerdo, una de las sesiones últimas, ya recopilando información para reconstruir nuestro proyecto, yo acelerado, queriendo no perder el hilo, "escribe esta idea", le decía a Cristina, que tomaba notas, y ella, oídos sordos y mirada pensante. "Pero ¿por qué no escribes?". Porque estábamos aprendiendo a pensar juntos. Y pensar juntos es diálogo, es búsqueda, es escucha y confianza en la persona que tienes enfrente. Gracias eternas.

Y el juntos se hizo más grande. El último día nos presentaron a nuestras compañeras de viaje, cuatro luchadoras gaditanas con las que emprender un camino de amistad crítica y vida compartida, de la mano de nuestra "facilitadora" (Así pone en los papeles), hada madrina, que creó el clima y la magia para que durante el curso creciéramos como líderes y evolucionaran nuestros proyectos. 

Málaga, Algeciras y Ceuta, con una parada intermedia en Sevilla. Este ha sido nuestro trayecto, con tres encuentros en los que asentar amistad, complicidad, compromiso y trabajo. Y la mente siempre en nuestro claustro y en nuestros alumnos. Cada parada ha ido despertando mayor admiración de unos hacia otros. ¡Qué regalo habernos embarcado juntos! ¡Qué regalo entregarnos desde el minuto cero! Los que creemos damos gracias a Dios, los que no, dan gracias a la vida, y juntos damos gracias por cada momento vivido. Gracias equipo, gracias Anabel.



Mientras... en nuestro cole... qué fácil es liderar cuando hay un gran equipo, con título y todo, Comando C. Pasábamos la semana esperando a que llegara el martes para poder vernos..."¿Hoy nos vemos?" preguntaban con ojillos de ilusión. Y más ilusión todavía cuando el martes era después de uno de nuestros viajes. "Seguro que tendréis muchas cosas que contarnos". Nuestros martes han sido la siembra, hemos reflexionado juntos, hemos aprendido a preguntar, a escuchar, a cuestionarnos lo que hacemos, a soñar futuros deseados, a planificarlos... Han sido nuestra terapia y nuestra recarga de batería también. Pero han sido sobretodo momento de hacer equipo, construir visión y hacerles creer en la imagen de líderes que vemos en ellos. Gracias, comando C.



Hoy más que nunca somos conscientes de cuánto necesitamos y cuánto queremos mejorar nuestra atención a la diversidad y nuestra forma de evaluar. Sabemos dónde estamos. Sabemos dónde queremos ir. Sabemos con quiénes contamos. Y tenemos la disposición. 

Como diría Ángeles, nuestra antigua directora, "nuestro claustro... para comérselo". Y mira que ha sido un año muy complejo por todos los vaivenes de protocolos; por cómo está saliendo nuestra sociedad de la pandemia, y por ende las familias de nuestro cole y nosotros mismos; un año con muchísimas complicaciones laborales ajenas a nuestro cole pero que nos han resquebrajado en varios momentos; un año con mucha carga de problemas provocados en su mayoría por falta de comunicación, falta de empatía y falta, a veces, de sensatez, que han supuesto un desgaste físico y mental extraordinario. Pues en estas condiciones, sacando fuerzas unos de otros, por el apoyo mutuo y por el compromiso hacia nuestro alumnado, nos hemos encontrado un equipo que se crece y que se ha lanzado a transformar nuestro colegio. Gracias, compañeros.


¿Y ahora qué? Ahora a seguir, no está todo hecho, ni mucho menos. Ahora toca generar alianzas. Alianzas con los alumnos, son y deben ser los principales protagonistas en esta historia, está en juego su aprendizaje y su preparación para ser y vivir; Alianzas con las familias, remar en la misma dirección o el barco no va a ningún lado, giraría sin llegar nunca a puerto; Alianzas con otros coles, redes que nos hagamos seguimiento y acompañamiento, que no estamos solos y que construimos juntos sociedad; Alianzas con mi compañero de curso, de ciclo, de etapa y de colegio, amigos críticos, personas que me quieran y que quieran lo mejor para mis alumnos, que me ayuden a ser la mejor versión de mí. 


En el fondo este es el liderazgo al que aspiramos, lograr que cada profe, cada alumno, cada familia... dé lo mejor de sí, construya, busque compañeros con los que crear lazos para soñar juntos ese futuro deseado y planificar cómo conseguirlo, sin esperar a que nadie nos lo diga, atreviéndonos a emprender los cambios necesarios y reforzar los que ya se han iniciado, desde la escucha, la empatía, el servicio y el cariño. 

Nos queda una parada antes de empezar a diseñar el próximo curso. A mediados de julio volveremos a Barcelona, a poner un punto y seguido a nuestro proyecto. Haremos valoración del impacto real alcanzado en el centro, en los profes y en nosotros mismos como líderes. Compartiremos y celebraremos los logros de cada equipo de trabajo, y supongo que nos impulsarán a pensar los próximos pasos a dar en cada cole... pero para mí no será igual, ni para nuestro cole. Yo echaré de menos el thinking together, echaré de menos los silencios y las esperas acompañadas para que las ideas afloren, echaré de menos que me hablen del Rocío, echaré de menos que me lleven la contraria con tanta elegancia, echaré de menos seguir aprendiendo con tanta intensidad, pero sobre todo echaré de menos a la persona. ¿Y el cole? El cole echará de menos a quien en dos años ha sabido dar continuidad a una jefatura de secundaria respetando todo lo heredado; echará de menos el trabajo silencioso, constante, calmado, lúcido, ilusionado; echará de menos el talento dialogante y el compromiso con cada alumno; echará de menos a la amiga que no cambia a pesar del cargo; echará de menos el apoyo a cada profe, el impulso que los mejora y la paciencia esperanzada.

Es un nuevo proyecto, un nuevo reto y una nueva ilusión. Sabíamos que era cuestión de tiempo. 
La familia San Patricio se expande, otra vez, como los últimos veranos. Empieza a ser costumbre y empiezan a faltarnos lágrimas. No somos de nadie y somos de todos. Nos toca animarte a seguir volando, a buscar nuevos aliados con los que recrear tus sueños y a mirar hacia adelante con la certeza de que eres la persona adecuada, con los dones necesarios y en el momento oportuno. Damos gracias a Dios confiadas. Él nos guía. Él ha pensado en nosotros antes incluso de llegar a nacer, estamos en sus manos amorosas, tú y el colegio Obispo San Patricio... Sé feliz.



viernes, 24 de junio de 2022

Agradecimiento

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Mercedes Sosa.

A la comunidad educativa que formáis Obispo San Patricio y Virgen del Carmen,

Quiero daros las gracias por todo el trabajo y cariño que habéis dedicado a nuestro hijo, desde el "Buenos días" de por la mañana al llegar al cole al "¿Qué te pasa? No te preocupes, llamamos ahora mismo a tus padres", porque sabéis que hay sitios reservados solo a una madre o a un padre, y en esos momentos habéis sabido permanecer a su lado y dando a veces incluso más confianza que nosotros mismos 

Mi hijo siempre ha sido un buen alumno pero con carencias, como todos, que habéis sabido trabajarle y convertirlas en virtudes. Mi hijo tiene una mente alucinante pero nunca le han gustado las tareas escritas, habéis conseguido que tenga gusto por el trabajo, y por el trabajo bien hecho. Mi hijo tenía las ideas muy claras en su cabeza y era amante del resultado, habéis hecho que se enamore también del proceso, que aprenda a expresar y razonar las conclusiones para que las podamos entender el resto de mortales. Mi hijo siempre ha querido destacar y tener buenas notas, habéis conseguido aprovechar esa fuerza en beneficio del aprendizaje, sin regalarle nada habéis conseguido que lo saque todo. Mi hijo era un niño al que le gustaba brillar y figurar por encima de sus compañeros, gracias a vosotros ahora disfruta haciendo brillar a los que le rodean, construye sociedad, se pasa las tardes ayudando a que sus amigos aprendan y mejoren sus notas, explicando por vídeollamada las tareas y estudiando juntos, nos cuenta los resultados de clase como méritos de él y de todos sus compañeros, es líder entre líderes que se apoyan y se quieren, y que quieren lo mejor unos para otros. Gracias por crear ese entorno. Mi hijo era fullerillo al entregar las tareas, se despistaba y se hacia el remolón, quería terminar pronto o trabajar lo mínimo posible, era un niño, habéis conseguido no solo que cumpla los plazos y mejore sus trabajos y presentaciones sino que además a que se planifique mejor y disfrute su aprendizaje, que se sienta orgulloso por sus esfuerzos y todo ello sin sentirse machacado, porque habéis entendido que generar responsabilidad y autoexigencia hacia el aprendizaje tiene más que ver con el acompañamiento, la escucha, la confianza y las expectativas que se generen que con la penalización, la bajada de notas o la regañina fácil. Mi hijo tenía experiencias de fe en casa y en la parroquia, en el cole se ha encontrado con personas de Dios, personas que muestran su rostro con sus palabras y forma de actuar, siendo ejemplo y modelo para él. Y gracias sobre todo porque mi hijo ha sido feliz aquí, sus años en el colegio Obispo San Patricio han sido un regalo y una bendición. Mi hijo era un buen alumno y ahora es una gran persona. Damos gracias a Dios por cada uno de los que habéis pasado por su vida. Gracias.

Ahora, eso sí, una queja sí que tenemos... Por culpa de profesores como vosotros hoy mi hijo no sabe lo que quiere, le gustaría ser todo. Le gustaría ser maestro de primaria, pero también profesor de secundaria, e historiador y matemático o ingeniero, o filólogo que enseña alguna lengua o humanidades, o científico... O lo que sea... pero al estilo de los de Obispo San Patricio.

Gracias a cada persona que formáis está comunidad de Obispo San Patricio y Virgen del Carmen, nunca podremos pagaros tanto bien como le hacéis y le habéis hecho.

Con cariño, este padre agradecido.





martes, 15 de marzo de 2022

La guitarra, entre enseñar y aprender

Puso en sus brazos de bronce 
La guitarra cantaora. 
En su bordón hay suspiros.
Manolo Escobar.


A veces pienso que algunos profes somos como guitarristas, pero no cualquier tipo de guitarrista, "tocaores flamencos". Y pienso en esos tocaores flamencos enseñando a los alumnos a tocar la guitarra. 

He ahí esos virtuosos de su instrumento mostrando sus dotes, entonando los mejores acordes y arpegiando las mejores melodías... para que sus alumnos aprendan. Y tocamos y tocamos, canción tras canción, recitales diarios, derroches compositores con técnicas depuradas y partituras espléndidas,  improvisadas cuando es necesario para obtener una mejor sonoridad, como músicos de jazz con nuestras guitarras de palo santo... 

Y enfrente... y enfrente nuestro más querido auditorio, nuestro alumnado. Y en la mente... la sensación de que a pesar de todos los esfuerzos que hacemos no están aprendiendo a tocar la guitarra como "es debido".

Y es que a veces, estamos tan ensimismados tocando y mostrando cómo hay que tocar que podemos caer en la trampa de confundir enseñar con aprender. Son dos verbos que casi siempre van de la mano, pero no son lo mismo, y lo sabemos, pero cuesta tanto separarlos...

A veces nos da miedo que nos puedan romper la guitarra y por eso no la prestamos. A veces la melodía está pasada de moda y no entendemos que no les guste, con lo bonita que es. Otras veces, no somos conscientes de que cada niños tiene su propio instrumento, y nosotros empeñados en que todos toquen la guitarra, que es la que mejor suena y la que yo sé tocar.

Hay momentos en los que alguien nos propone una composición con muchos instrumentos, vaya, una partitura para orquesta o banda, incluso compuesta entre todos, hasta por los aprendices...y nos echamos las manos a la cabeza, ¿Eso cómo va a ser? ¿Cómo va a tocar cada uno un instrumento distinto? ¿Cómo voy a comprobar que cada uno sabe tocar? ¡Es de locura! 

Pero luego están los buenos guitarristas, o mejor, los buenos maestros y maestras, los que saben que hay que soltar la guitarra para que la cojan ellos, para que la toquen, para que la descubran, para que le saquen sonido, para que se les pueda modelar... ellos son los que tienen que aprender, los que vienen a componer nuevas melodías, los que vienen a dar continuidad y mejorar lo que somos, porque no se rompe, y si se rompe siempre se puede reparar u obtener otra, porque para enseñar hay que vencer los miedos... y los apegos. 

Somos más que guitarristas, no podemos conformarnos con tocar enfrente, nos toca estar al lado, ayudando con la posición de los dedos, con la forma de coger la guitarra, enseñando a tocar con partitura al que sabe leer y de oído al que aún no entiende las notas, mostrando la postura cuando es necesario. Nos toca ser modelo y ejemplo, pero no solo de cómo se toca el instrumento, también de pasión por la música, de confianza y cariño hacia nuestros alumnos y compañeros, toquen el instrumento que toque cada uno de ellos, y nos toca ser fervientes devotos de nuestros pequeños aprendices y de la música que hagan, suene como suene, porque sabemos que con la práctica y nuestra ayuda cada día sonará mejor... hasta incluso superar al maestro. 

Hoy una compañera me ha pedido que le ayude a mejorar como profesora, que quiere mejorar... Este año va a pedir una prejubilación... Estos son los imprescindibles, los que saben que hasta el final pueden seguir creciendo porque va en ello la vida de sus alumnos. Gracias maestra por enseñarme a aprender, por ser modelo que no se conforma con tocar frente al auditorio sino que prefiere estar sentada aplaudiendo a los verdaderos protagonistas, nuestros alumnos, y por elegir ayudarles a que cada uno encuentre su mejor sonido. Porque cada maestro tiene derecho y merece seguir creciendo, incluso los mejores.

Entre enseñar y aprender... me quedo con aprender. Solo los que están aprendiendo deberían dedicarse a enseñar, con la humildad del que sabe que el aprendizaje es sagrado.